Metallica nuevo disco

Publicado por Gio

Metallica

Death Magnetic

Metallica está de vuelta, y está de vuelta en buena forma con su más reciente disco, titulado Death Magnetic; con este se termina una pésima racha de discos como el disco negro, Load, Reload y todos los shit-load que salieron. Seamos honestos: no eran discos malos, pero tampoco era Metallica, banda que nos tenía acostumbrados a un estándar de calidad en cuanto a metal se refiere, pero que se empezó a ir al traste con la muerte de Cliff Burton, el bajista original (en realidad el segundo) de la banda. Como sea, en Death Magnetic volvemos a escuchar sobre todo al Metallica de And justice for all…, y algunas pinceladas aquí y allá de obras maestras como lo son Kill ‘em all, Ride the lightning y Master of puppets; tenemos hartos cambios de ritmo, un alto nivel técnico de los músicos, buenos requintos de Kirk, James trata de cantar como si tuviera 20 años de nuevo y sin usar las malditas muletillas vocales que venía usando en los últimos discos; Lars vuelve a tocar la batería como en sus mejores tiempos, y de último pero no menos el bajo de Trujillo, una adición a Metallica que fue una buena decisión. Pero vamos a las canciones, en orden:

El disco abre con una excelente canción titulada “That was just your life”, canción que pudo haber sido incluida sin problemas en And justice for all…; llena de cambios, riffs pegajosos y épicos, secciones rápidas, en fin, todo lo que en algún momento venía con las canciones de Metallica. ¡Excelente forma de abrir un disco! seguimos con “The end of the line”, una canción más del corte de Master of Puppets o Ride the lightning, que por cierto abre con un bajo distorsionado y con un flanger (como en el inicio de “For whom the bells tolls”, lo que si no me equivoco es una forma de homenaje a Burton…siguiendo con la canción, es la clásica canción rompecuellos de Metallica.



Sigue una de mis favoritas: “Broken, beat & scarred”, una canción semilenta con unos riffs de poca y un coro super pegajoso; igual la podría situar como una canción que podría estar en Master of Puppets sin problemas; el minuto y medio final de la canción recuerdan al Metallica de sus mejores tiempos. La siguiente es “The day that never comes”, la que fue el primer sencillo del disco. Esta canción me confunde; empieza un poco flojona, pero la segunda mitad es muy buena. No fue sino hasta la cuarta o quinta escuchada que me di cuenta y me golpeó como un bat en la nuca: en estructura es Fade to black. Un arpegio inicial, una sección semilenta y un final de la canción más pesado. Incluso hay una parte del inicio en la que parece que James va a empezar a cantar “Life it seems will fade awaaaay”…pero haciendo eso a un lado, esta sería la balada rock del disco.

Pasamos a “All nightmare long”, una canción de sonido bastante agresivo y por ratos muy al estilo del disco And justice for all…, combinada con algunas secciones del Metallica más moderno…, una canción muy buena, donde James canta bastante bien. Después tenemos “Cyanide”, canción que tira más al rock con algunos riffs pesados, y con una sección de requinto muy buena. Desgraciadamente no siempre sale todo bien. El negrito en el arroz en este disco es “The Unforgiven III”. No hay nada que decir de ella, excepto que la segunda ya fue demasiado, una tercera parte es un exceso. Bríncatela cuando tengas el disco, te harás un favor.

La Caida del Halcon Negro

Publicado por Gio

LA CAIDA DEL HALCON NEGRO






(Black Hawk Down)
Estados Unidos, 2001
Dirigida por Ridley Scott, con Josh Harnett, Ewan McGregor Tom Sizemore, Sam Shepard, Eric Bana.





Ridley Scott atraviesa el peor y más exitoso momento de su carrera. Hace 20 años que no hace una película importante, más allás de la sobrevalorada Thelma y Louise. Después de una trilogía excelente (Los duelistas, Alien, Blade Runner), fue declinando hasta convertirse en un realizador del montón. Pero con Gladiador y Hannibal no sólo se transformó en un director ultrafamoso; también demostró que había perdido la capacidad de narrar medianamente bien. La caída del halcón negro marca el retorno de Scott como narrador y confirma al mismo tiempo que está dispuesto a filmar cualquier cosa con tal de seguir estando en el candelero.
Tras la caída de las torres gemelas, los americanos sacaron a relucir su más recalcitrante nacionalismo. En el cine se evidenció en dos sentidos: nada de imágenes de la New York pre-atentado y un aluvión de películas bélicas de propaganda.


La caída del halcón negro es un intento ridículo de justificar la invasión y el bombardeo norteamericano en paises subdesarrollados. Y se desenmascara rápido, por sí sola.
Scott filma el tercer mundo como Soderbergh: con una fotografía amarillenta que hace de Somalía el país más sucio y temible del globo terráqueo. Allí deben trasladarse los americanos para evitar que Aideed, "el señor de la guerra", mate a los somalíes de hambre adueñándose de los alimentos que envía la ONU. Por supuesto que lo primero que vemos es a sus muchachos disparando a mujeres y niños que se acercan desesperados a la montaña de comida.


Entonces, los héroes entran en acción. Dos comandos especiales –los Delta y los Ranger– unen sus fuerzas para una misión que en principio no presenta complicaciones: tomar un edificio y secuestrar a dos secuases de Aideed. Pero algo sale mal y la misión de secuestro se transforma en rescate. Un Halcón Negro (helicóptero militar) cae en medio de la ciudad rodeado de presencias hostiles (el jefe del escuadrón ya había dado la alarma cuando se quejaba de que Washington no le había mandado vehículos más sofisticados –léase: que el Estado invierta más plata para acciones militares–). Entonces todo empieza a girar en torno de cómo sacar a los soldados heridos antes de que los somalíes se los coman vivos.

Los combates son narrados en plan de película de acción, un poco a la manera de Rescatando al Soldado Ryan –cámara próxima, vertiginosa, violencia extrema–, con héroes de película de acción. Es decir, personajes que casi nunca muestran temor y están dispuestos a sacrificar sus vidas por sus compañeros. Lo que no se puede negar, entre tanto patrioterismo y heroísmo extremos, es que Scott le saca el jugo a las batallas. Son casi dos horas de tensión ininterrumpida, contada con una destreza que en el director parecía perdida.


Para el espectador tolerante de la propaganda desembozada, la película resultará sumamente entretenida, bien filmada, con actuaciones discretas y un realismo extremo a la hora de transmitir el terror que se vive en una zona de guerra. Después de todo, el género bélico siempre floreció –salvo contadas excepciones– de la mano de los deberes patrióticos. La caída del halcón negro es precisamente eso: una buena película de género, con una ideología proyanqui, absolutamente conservadora.